El escritor Rafael Barrett nació en España y adoptó al Paraguay como su tierra. Murió en 1910 con apenas treinta y cuatro años, aunque dejó una obra —como periodista y narrador— que es una referencia ineludible en Sudamérica.
El editor argentino Andrés Valle publicó esta recopilación con una parte de los artículos, cuentos breves, diálogos y epifonemas de Barrett que dan al lector una dimensión de su horizonte político y moral; de su sentido solidario y de la denuncia ante la injusticia. “Nos señala la falsedad de las cosas, lo que nos ha sido impuesto. Podemos afirmar que es un clásico, sin desmedro de la pasión o de lo imaginativo… La infamia que describe tiene vigencia hoy, aún convive entre nosotros”, afirma en el prólogo el poeta Carlos Penelas.
Textos como Mi anarquismo, El oro, El proyecto Ayarragaray, Insubordinación y Psicología del periodismo tienen de comienzo a fin una actualidad que obliga a su lectura, aun con los cien años de historia que traen consigo. Lo mismo sucede cuando analiza temas como la autonomía de la clase obrera y la explotación a los campesinos en los yerbatales. También se refiere a Tolstoi, Gorki, Zola, al idioma guaraní y el cinematógrafo.
Con una prosa que no deja dudas sobre cuál fue el lugar que eligió entre los intelectuales y el pueblo, Barrett utiliza al humor como recurso para que las palabras fluyan libremente y, al mismo tiempo, retengan al lector en una tensión que lo obliga a tomar una posición. “Cual el libertario abuelo del Paraguay”, lo evoca Daniel Viglietti en la canción que dedicó a Soledad Barrett, la nieta guerrillera que murió combatiendo en Brasil.
En 1905 escribió: “La mayoría inmensa de los hombres es incapaz de crear una idea, un gesto. Darán la carne de la generación próxima y nada más. A fuerza de acallar su pensamiento lo han enmudecido para siempre; a fuerza de amordazarlo le han estrangulado. Su hipocresía ingénita ha dejado de serlo. De tanto lleva la máscara se han convertido en máscaras inertes, que no encubren sino el vacío. Son sepulcros blanqueados de Cristo. Parecen vivos, y están difuntos… Seamos sinceros. Libertemos cada día nuestra ingenuidad. Lancemos la semilla al surco desconocido. Suframos, ¿quién ha dicho que la vida es placer? Entreguémonos, ¿qué deseamos conservar, si no logramos conservar nuestros huesos? Entreguémonos. Es el mejor medio de perdurar”.
Escritos de Rafael Barrett es un libro de Ediciones del Valle. Colección "Los imprescindibles". 192 pp. Buenos Aires, 2010.
Publicado en Sudestada, julio de 2010.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario