por Marcelo Massarino*
Este Huracán de Antonio Mohamed tiene la marca registrada de la pelota contra el piso más una cuota de sacrificio que ilusiona a los hinchas que festejaron el triunfo frente a Rosario Central, uno a cero. Además, está invicto y tiene un objetivo: la permanencia en Primera, una meta modesta para su historia, pero importante para el presente de crisis del club. En Arroyito le bastó con las tareas de Sánchez Prette y Barrientos en la mitad de la cancha, más el oportunismo de Franco Mendoza que marcó el gol del triunfo cuando expiraba el primer tiempo. Enfrente hubo un Central desdibujado convertido en un manojo de voluntades.
Los Quemeros, que tienen los recuerdos a flor de piel guardan en la memoria un triunfo histórico en Rosario del Huracán Campeón del '73 cuando el domingo 6 de mayo goleó a Central 5-0. Ese día, todos cayeron bajo el embrujo de la gambeta de un chico que venía del ascenso y que marcó dos goles, uno de ellos, a los 44 del primer tiempo, tras un jugadón con Roque Avallay. La ceremonia del fútbol se completó con el aplauso unánime y la admiración de propios y extraños. Uno de esos hinchas, a la postre el canalla más famoso, Roberto Fontanarrosa, escribió 27 años después: "La hinchada de Central aquella tarde, tras el último gol de Houseman, se puso de pie y, simplemente, aplaudió".
Este Huracán no tiene estrellas pero su entrenador está moldeando un equipo que promete darles pelea a todos los rivales, se llamen como se llamen, y esta victoria lo demuestra. Todavía falta mucho, pero está en el camino correcto.
Este Huracán de Antonio Mohamed tiene la marca registrada de la pelota contra el piso más una cuota de sacrificio que ilusiona a los hinchas que festejaron el triunfo frente a Rosario Central, uno a cero. Además, está invicto y tiene un objetivo: la permanencia en Primera, una meta modesta para su historia, pero importante para el presente de crisis del club. En Arroyito le bastó con las tareas de Sánchez Prette y Barrientos en la mitad de la cancha, más el oportunismo de Franco Mendoza que marcó el gol del triunfo cuando expiraba el primer tiempo. Enfrente hubo un Central desdibujado convertido en un manojo de voluntades.
Los Quemeros, que tienen los recuerdos a flor de piel guardan en la memoria un triunfo histórico en Rosario del Huracán Campeón del '73 cuando el domingo 6 de mayo goleó a Central 5-0. Ese día, todos cayeron bajo el embrujo de la gambeta de un chico que venía del ascenso y que marcó dos goles, uno de ellos, a los 44 del primer tiempo, tras un jugadón con Roque Avallay. La ceremonia del fútbol se completó con el aplauso unánime y la admiración de propios y extraños. Uno de esos hinchas, a la postre el canalla más famoso, Roberto Fontanarrosa, escribió 27 años después: "La hinchada de Central aquella tarde, tras el último gol de Houseman, se puso de pie y, simplemente, aplaudió".
Este Huracán no tiene estrellas pero su entrenador está moldeando un equipo que promete darles pelea a todos los rivales, se llamen como se llamen, y esta victoria lo demuestra. Todavía falta mucho, pero está en el camino correcto.
* Desde Rosario
Publicado en Diario Perfil, domingo 26 de agosto de 2007, sección Deportes, página 75.
Publicado en Diario Perfil, domingo 26 de agosto de 2007, sección Deportes, página 75.
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